viernes, 13 de marzo de 2009

Maria Estela Arriagada

Mi hija Carolina, me motivó a ingresar al Movimiento en el año 2004. Asistía a las charlas regularmente y empecé a leer las oraciones; me gustaba en especial la “Sutra en 30 Capítulos, para la lectura diaria”. Por razones de tiempo, acostumbraba a leerla en el bus de trayecto a mi trabajo. Era la mañana del 16 de Mayo de 2007, ese día en particular, estaba un poco atrasada y no tomé desayuno; situación que no suelo hacer. Me correspondía leer la Oración del día 16, “Palabras para apartar los infortunios”; terminé de leerla, me bajé del bus y al cruzar la calle, me impactó una camioneta blanca, que golpea mi cabeza, en el lado izquierdo, me levanta y caigo al pavimento. En el momento del impacto, pensé que había llegado mi hora, estaba muy tranquila y mentalmente repetía la frase de la oración: “No me puede ocurrir ningún infortunio”, dando gracias a Dios,(Muchas Gracias, Muchas Gracias……), no había perdido el conocimiento y escuchaba la gente a mi alrededor,
Una ambulancia que casualmente, pasó por el sector, me llevó a la Asociación Chilena de Seguridad, porque era accidente de trayecto al trabajo. Me hicieron análisis y un scanner; no tenía nada, ni siquiera un hematoma en la cabeza, a pesar de haber hundido la camioneta, tampoco tuve vómitos, porque no había tomado desayuno, era lo mejor en estos casos, dijo el medico, sólo presenté vértigos, los que fueron tratados posteriormente.
Mi familia se alegró que no me hubiese pasado nada grave y recuerdo que mi hija Carolina, me dijo “Mamita, naciste de nuevo”, pensé en esta frase y en realidad agradecí a Dios por darme una nueva oportunidad.


Santiago, Chile.

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